viernes, 7 de enero de 2011

Reincidentes.

Otra vez aquí. Otro rollo, lesión y hospital... esta mañana el tiempo está cambiando y a mi compañero lituano se lo han bajado a operar, es momento de escribir algo.

Esta vez no ha sido haciendo ninguna actividad arriesgada, ni por asomo, simplemente, un resbalón casero y un mal gesto han bastado para hacerme añicos la rotula de la rodilla izquierda, esa que ya de por si estaba hecha unos zorros. Por lo pronto, ya se que el martes tengo programado quirófano para reconstruirla, y si es posible y todo va bien, trataran de simultáneamente hacer la mosaico-plastia que tenía pendiente para febrero, por lo que mataríamos dos pájaros de un tiro. Pero claro, teniendo en cuenta que de por si, lo de la rótula es un rollo de los gordos con "hierros" incluidos, habrá que ver como se tercia la cosa y si verdaderamente es viable hacer las dos intervenciones a la vez.

Que te pase una cosa de estas es una putada siempre y no se lo deseo a nadie, pero empiezo a estar un poco harto de que el tuerto de los cojones me mire solo a mi. Sigo siendo optimista en cuanto al pronostico, pues soy aun joven y me encuentro capacitado para todo tipo de situaciones adversas. Pero tener huevos es una cosa y cruzar el umbral del dolor como costumbre es otra. No quiero que suene victimista ni nada por el estilo, pero puedo asegurar que lo de la otra tarde me dolió como jamas me ha dolido nunca nada, y goteras por desgracia tengo unas cuantas. Solo el hecho de recordarlo me hace estremecer, y por primera vez en mi vida tengo que decir que tuve un miedo espantoso por lo que me había pasado.

Hoy las cosas ya empiezan a verse diferentes. Ya se que esto acaba de empezar (otra vez) pero por suerte o por desgracia hoy en día existen unas drogas magníficas que te tienen todo el santo día medio agilipollado y que si no fuera por la escayola, ni te darías cuenta de qué te hace estar tanto tiempo postrado en la cama. Me quedan unos días aun para que me peguen el tajo, y trataré de llevarlos con paciencia y buen humor, como no puede ser de otra manera, pero pensar que hace un par de semanas andurreaba feliz por sierras de Cazorla, y que hoy mismo había quedado para pegar un pateo por el monte, la verdad es que dan ganas de atizarse catorce Capitán Morgan y que salga el sol por donde quiera. Que coño, por lo menos siempre nos quedará inaugurar pantanos.

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