lunes, 19 de marzo de 2012

Estrategias terapéuticas...pero sin cima, claro.


Pues resulta que no, tampoco esta vez la hubo, aunque teniendo en cuenta que como ya he dicho otras veces, poco me importan esos detalle, esta vez tampoco tenia relevancia alguna. Lo que pasa es que si que es cierto que la posible sensación de "regomello" que pueda perdurar ante la carencia de poner los botanganos sobre una superficie desde donde hay más cosas por debajo que por encima, hay que suplirla con algo, y ese algo lo hemos encontrado: Motril por África.

Si no os lo sabéis, os lo cuento. Resulta que van dos motrileños (con todos los respetos a las buenas gentes de tan querida localidad costera)dando un paseo por la Avenida de Salobreña. En esto, que ante sus ojos, en una pared, contemplan asombrados una pintada hecha por un grafitero en la que se lee: Motril por África!. Tras un momento de reflexión, ambos se miran, y al instante uno de ellos comenta. Motril por África!! Que vueltón no??...y en eso encomendamos nuestros pasos últimamente, en salir y llegar a un mismo sitio, pero dando unos rodeos de órdago.

Tras los acontecimientos de las últimas semanas, estos días he necesitado de manera imperiosa liberar mis pensamientos a base de andar y dar bastonazos como un descosido, y para ello, como para otras muchas empresas, siempre tengo el privilegio de contar con mi amigo y compañero de batallas. En muchas nos hemos visto ya, y muchas mas espero que haya, y unas veces le toca a uno un roll, y otras veces le toca al otro. Cuestión de situaciones, evidentemente.

Desde que volví de Algeciras en tan agría vivencia, se me metió en la garganta una tos seca que no había manera de quitar. En medicina, esto se denomina somatizar, o lo que es lo mismo, transformar en orgánicos los síntomas de una afección psíquica. Esta puñetera tos, que ha arreciado sin compasión cada noche, no ha sido el único síntoma post-traumático que he tenido, lo que pasa es que unos se desataron de una manera previsible, y otros solo se han revelado cuando el suelo que pisaba se ponía cuesta arriba.

Todos sabemos lo que es un dolor de cabeza, y como actuar en consecuencia. Más allá de que se trate de una patología migrañosa, que por desgracia cuenta con escasos remedios paliativos, y ninguno curativo, normalmente con un analgésico convencional o un Aine, la cosa la solventamos bien. Así hice yo: pastillón de Enantyum y a volar; problema resuelto.

Para la tos ya se sabe: remedios naturales a base de miel y limón, y paciencia ante la multitud de veces que sin querer nos vamos a despertar cada noche con su estruendo. Y a las malas, cuando ya estas hasta el gorro porque no se pasa, un anti-tusivo del montón y se acabó. Para los dolores del alma, la cosas no las solemos tener tan claras...

Llevo años en contacto con la psiquiatría. He conocido a muchos pacientes y psiquiatras a lo largo de mi carrera, y si algo he aprendido es a no despreciar a nadie que sufra alguna enfermedad mental. No me refiero sólo a las patologías que por su síntomas nos son más impactantes, sino a todas ellas, incluso a las que ni siquiera le dan al sujeto que las sufre, la posibilidad de expresarlas. Por ello, no pretendo con esta reflexión desmerecer a nadie, ni frivolizar sobre el sufrimiento de los demás. Lo que ocurre, es que a pesar de todo, la vida es mucho mejor con una sonrisa, al igual que todo pasa mejor con un poco de vino del bueno.

El otro día, nada más empezar empezar la vereda de subida hacia la re-bautizada Abadía de Nuestra Señora del Paritorio, empecé a bombardear a Fernando con historias y anécdotas sobre mi amigo Javi. Fue un no parar durante toda la subida, y según me contó, solo dejé de hablar cuando comenzamos el descenso. El segundo día, justo cuando desde la Vereda de la Estrella nos afanamos en ascender por un empinadísimo recorrido hacia el Hornillo, de nuevo comencé el sometimiento, tornándose esta vez incluso hacia temas de peliagudo calado. Solo paré cuando llegamos arriba, cuando dejamos el esfuerzo atrás y ante nosotros aparecieron las imponentes caras norte de SSMM la Reina Alcazaba y el Rey Mulhacén.

Como nos conocemos desde hace tanto, y hemos andado tanto juntos, mi amigo Fernando sabe de mi hasta mi manera de escupir. Ayer, mientras nos encaminábamos hacia las Cazoletas, inicio de la Loma del San Juan (desde ayer Arista de los Aristócratas), en una de las curvas del magnifico trazado me dijo-en estos dos días se te han quitado hasta los esputos, que no te había visto escupir así en la vida!!

Y es que, como diria el maestro ca´ uno es ca´ uno y ca´uno con sus caunadas. A unos les viene bien un tratamiento, y a mi en concreto, lo que me hacia falta era vaciarme hablando de mi amigo perdido. Así, poco a poco, ha desaparecido no solo la angustia que aun me rondaba por la cabeza, sino que me he quitado hasta la puñetera tos. Ventajas de tener un compañero de aventuras como el que tengo, que lo mismo se marca una huella en la nieve como la de un tractor, que te escucha durante horas cual sacerdote en confesión.

Estos tres días de montaña no me han quitado, ni nada lo hará, el punto de tristeza por mi amigo perdido, pero si me han ayudado a recordarlo con una sonrisa; eso es lo que a él le gustaría.

No puedo acabar esto haciendo un inciso para la ruta de ayer. Tres mil ochocientos metros de desnivel acumulado durante trece horas y media. Terreno mixto donde los halla, con vereda, nieve, roca y hielo; con cramponeo y trepas. Y largo, larguísimo, pasando por toda la Loma del San Juan hasta las posiciones y volviendo por Cauchiles hasta el Refugio de San Francisco y de nuevo hacia la Hortichuela, desde donde habíamos salido a eso de las ocho de la mañana. Un rutón de los buenos, que no solo consolidó mi proceso curativo sino que alumbró dos nuevos nombramientos reales, el de mi amigo Fernando como nuevo Duque del Hornillo y Marqués de Siete Lagunas y Siete veces Grande de España; y el mío, como Comodoro y Lord Chambelán de las Altas Cumbres de Sierra Nevada y Duque del San Juan. Este ultimo título, concedido ante los ojos de Nuestra Señora la Virgen de las Nieves, que puesto que no nos envió ningún contratiempo en forma alguna, se ve que no le desagradó.

Eso si, de cimas nada, claro.

jueves, 8 de marzo de 2012

A mi amigo Javi.

Hoy no debería hablar de esto. Es mas, tras unas semanas en las mi modus vivendi ha variado por completo y en las que me he descojonado todos los huesos transportando una vivienda entera a mis espaldas( otra vez ), este relato debería de hablar de mi viaje a Disneyland con los niños. Así debería ser.

Pero no, la suerte ya estaba echada ayer. A eso de la una de la tarde, la visitante mas inoportuna de todas subió a bordo del Cazaminas M-34 TURIA.

Yo creo que era mas o menos el año '88 cuando empezamos a ir por ahí juntos. Javi siempre fue un niño hábil y valiente, un poco arrogante a veces, pero siempre noble. El resto del grupo éramos Alex, Migue, Josele, José Alberto y yo, y desde siempre hicimos buenas migas juntos. A todas horas andábamos por ahí haciendo cosas, inventando, divirtiendonos en definitiva. Muchos fueron los momentos que juntos llenamos de vida; infinitas las veces que nos hicieron falta muchos mas de los sesenta segundos de cada minuto, y vive Dios que de cada uno de esos ratos conservo claro recuerdo.

Javi entro en la Armada después de superarse a si mismo como lo hacen los grandes. Recuerdo que el año antes de COU le habían quedado cinco o seis asignaturas, y Don Luis y Miriam lo mandaron a Campillo. Aquello fue la hostia, era como si a un colega lo hubieran mandado a Carabanchel! Pues el tío lo saco todo, y al año siguiente se fue a San Javier a prepararse el ingreso en el ejercito, hecho que por supuesto consiguió. Ole tus huevos.

De ese verano en el que entró en la Academia General de la Armada, en Marín, aun recuerdo a su madre sentada en el sofá de Calahonda, toda nerviosa porque esa tarde televisaban "Cateto a babor", de Alfredo Landa, y salía el cuartel donde él estaba!

Al año siguiente recuerdo que Javi tuvo permiso en Navidad, y se prolongaba hasta mediados de enero por lo que por primera vez en muchos años, pudimos celebrar juntos mi cumpleaños...agarramos una de órdago como no podía ser de otra forma.

Javi ha sido siempre un tío excepcional en todos los sentidos, y enumerar sus cualidades como ser humano seria interminable, o no, porque en realidad solo hay que quitar lo malo, pues nada malo tenía. Para mi, Javi era un amigo ejemplar. Estaba lleno de vida, de ilusiones, de sabiduría, de sentido del humor, de un millón de cualidades que le hacían un ser único y excepcional. Pero si tuviera que elegir una de sus características, me quedaría con su lealtad. Nunca en mi vida he conocido ni conoceré a una persona tan integra en ese aspecto. Javi jamás hizo un feo a nadie a quien respetara, incluso cuando aquellos no fuesen del todo respetables. Javi estaba contigo hasta el final, así era, y nunca mostró duda ni titubeo. No falló nunca.

Ayer, mientras conducía las dos horas largas hasta llegar a Algeciras, me invadieron los recuerdos de situaciones en las que hemos estado juntos. Sin pretenderlo fui egoísta, y casi todas las que aparecieron fueron de momentos en los que solo estábamos el y yo. Ahora, mientras escribo esto, tras haber hecho junto a el el ultimo viaje de vuelta a Granada, no paran de venirme otros mil recuerdos de cosas en las que participábamos todos juntos. Sonrío y lloro, y es que, joder Javi, que bien lo hemos pasado!

Hay que quedarse con eso, se supone. Con ese buen recuerdo, con esa ultima sonrisa. Lo intentaré, te lo prometo, pero no me quito de la cabeza un par de asuntillos, esos de los que a ti también te hubieran jodido. A Javi le quedaban aun por hacer muchísimas cosas mas, y sin embargo eso ya no podrá ser, ya no las podremos compartir, y esa herida perdurara. Por otra parte, no puedo dejar de pensar en Nuria, de sus niñas y por supuesto el resto de su familia. La busco, pero para ninguno de ellos he tenido ni tengo ni una sola palabra de consuelo, pues nada de lo que yo diga o haga puede amansar a la fiera de dolor que ahora corre en su interior. No me puedo imaginar lo que debe estar pasando por sus cabezas; no me puedo imaginar el dolor de un padre que ha de enterrar a un hijo; no me puedo imaginar el vacío de esa madre; no me puedo imaginar el desconsuelo de esos hermanos; yo solo era su amigo, y lo único que se es que también ha muerto una parte de mi.

Amigo mío, espero que navegues mucho allá donde vayas. Se que pronto tendrás tu casita en la Tarifa de los justos, y tu apartamento a pie de pista cerca del mejor de los valles. Tomate un Marques de Murrieta a mi salud, y después si encarta un Brugal de redecilla. Acá, pegados a esta tierra de injusticias y desamparo, a esta vida de mierda tan caprichosa como cobarde te honraremos cada vez que podamos, te doy mi palabra.

De lo que tu sabes, no te preocupes. Desde hoy ya es una de mis prioridades, y estaré tan pendiente como me sea posible.

Ya siempre estaré un poco mas solo.