jueves, 30 de septiembre de 2010

Cuaderno de Bitácora.

Día 7:

La verdad es que esto es un coñazo. Hoy he salido un par de veces a la calle, y parece que venga de hacer la Integral del los 3000. Por la mañana he ido al centro de salud a que me hagan la cura: no voy más, porque para echarme un chorreón de Betadine, tapármelo con una gasa y darle un par vueltas de venda, no me hace falta hacerle perder el tiempo a una enfermera, ni perderlo yo en el trayecto. La segunda ha sido para ir a la consulta del rehabilitador.

Caminar con muletas no es que canse, pero si que es bastante incomodo, sobre todo porque cuando llevas ya un rato, las manos se empiezan a quedar medio dormidas, y ya no agarras el mango con la debida firmeza. Y entre que he estado un buen rato, y que la consulta ha ido regular, la verdad es que no tengo el mejor de los ánimos, y ahora parece que me duela todo.

La consulta no ha ido mal porque el médico no se haya comportado correctamente, todo lo contrario, el tío es encantador y lo ha hecho perfecto, lo que pasa es que tal y como me ha explicado, por ahora la cosa va para bastante largo. En principio comienzo con la rehabilitación en sala dentro de un par de semanas, aunque ya en casa puedo tratar de hacer algunas cosas, como ejercicios isómetricos y uso del Compex. Haré rehabilitación hasta que me operen de la Condromalacía Femoral, lo cual será dentro de unos tres meses y por lo que posteriormente estaré entre 6 y 8 semanas más de convalecencia. Como es lógico, durante todo este proceso, las muletas y la DONJOY no me las quito ni para mear. Osea, que me lo voy a pasar pipa, un no parar de diversión.

Quien me conoce lo sabe: ni me considero negativo, ni tremendista, ni nada que se le parezca. Y tampoco huyo de la realidad, pues aunque prefiero afrontar las cosas con optimismo y sentido del humor, no dejo de lado mi responsabilidad. Y en este asunto, con más motivo. Sentado en un sofá es difícil que a uno le pase algo, salvo quedarse dormido, pero si uno se mueve, lo normal es que de vez en cuando te pegues un leñazo y te lesiones de mayor o menor gravedad. Esto es tan cierto como que el sol sale todos los días, como también es cierto que a unos nos han tocado más goteras que a otros, y que sin desearle el mal a nadie, el "repartidor" podría ser un poco mas equilibrado.

Seguro que mañana se ve diferente, así que...

martes, 28 de septiembre de 2010

Cuaderno de Bitácora.



Día 6:

Bueno bueno, pues ya en casa. No en la mía, que no me atrevo aun por las escaleras, sino en la casa de mi madre que como la de todos es una bendita y a uno le cuida y le trata como nadie, o casi nadie, que no quiero despertar susceptibilidades.

Como anuncié ayer hoy me han dado el alta. Creo que es la primera vez que tengo que hacer algún trámite administrativo en el entorno SAS y lo consigo todo a la primera. Récord absoluto: 13.30 hs. tres gestiones pendientes; 14.05 hs. tres gestiones realizadas con éxito. Ya tengo cita con el trauma en cuatro semanas, programadas las placas de RX, y cita para la consulta de rehabilitación en un par de días. Y todo ello con mis veinticuatro grapas, mi rodillera DonJoy y mis muletas, que no mulatas. Bueno, y gracias también al que el Dr. Vidal ha dejado todo perfectamente detallado, y solo he tenido que hacer lo que por escrito me ha indicado. Además de buen "carpintero especializado", buen administrativo, enhorabuena.

Y es que en el hospital me han tratado de maravilla, lo cual no solo no sorprende pues evidencia el nivel de profesionalidad del personal clínico, sino que alienta el ánimo para el futuro. Si el otro día protesté públicamente a través del Ideal, desde luego mi enojo no era en ningún caso con los profesionales que allí trabajan, sino con la banda de burócratas nombrados a dedo que con tal de presentar cifras favorables ante los consejos de administración de la Junta de Andalucía, son capaces de no solo hacer mal su trabajo, sino además comportarse de manera detestable y maltratar a cualquier paciente que se ponga a tiro, sin ser capaces después de mediar la más mínima disculpa, ni de sentir la mas mínima vergüenza.

Pero bueno, lo pasado, pasado está, y ahora toca recuperar la "rodillita" para ver si soy capaz de volver a contar algo que haya podido hacer yo mismo. No estaría mal, verdad?

lunes, 27 de septiembre de 2010

Cuaderno de Bitácora.



Día 5:

El cuerpo humano es acojonante y la capacidad de recuperarse que tiene es algo increíble. Coge uno un resfriado de los buenos, de esos en los que te sube la fiebre como para asar pescado en la frente, y al día siguiente estas hecho un bigardo. Pues con esto igual, si ayer a la mañana, cuando eché la pierna al suelo me dolió como si me hubieran rellenado la rodilla con cuchillas de afeitar, esta noche pasada he dormido como un bebé, y esta tarde ya me he dado el primer paseo por el pasillo del hospital. Por lo que si no hay novedad, mañana para casa. Lo dicho, duramos más de lo que creemos.

El asunto es que por fin he hablado con el cirujano que me operó (o debería decir carpintero especializado en huesos y tejidos humanos), y me ha dado dos noticias que, como en el tópico, arrastraban una buena y otra mala. La buena, que lo que me hicieron el viernes, la reparación del cruzado anterior y la sustitución del dañado por un injerto extraído del tendón rotuliano salió de maravilla, trabajo fino oiga!-le ha faltado decir al tío. Ademas, como la herida esta cicatrizando correctamente, pues mañana mismo me voy para casita, y a seguir la recuperación allí. Perfecto, vamos.

La mala es lo del principio, el cómo ha empezado la conversación. Este hombre es un tipo correctísimo con un trato cercano y cordial. Y claro, cuando alguien así se sienta en tu cama en plan fraternal y te suelta-Hola José Ignacio cómo estas? A ver como mueves eso? Hay que moverlo eh? ...de repente, tanto amortiguar te deja con sensación de bienestar anticipada, como que le quitas importancia a las cosas, y lo que te suelta después ya no es ni tan gordo, ni tan grave, ni tan putada, ni tan nada...aunque lo sea claro. Oye pues resulta que tienes una lesión muy gorda sabes, tienes un agujero en la cabeza del fémur. Te voy a poner un ejemplo: imagínate una bombilla de las de toda la vida a la que de repente le das una leche y le quitas los dos primero centímetros, pues ese es tu fémur. Te debía de doler bastante no?, bueno pues hay que sacarte de otro sitio un cilindro de hueso sano de la misma medida, y de igual forma extirpar lo que está deteriorado para luego meter el trozo sano. A esto lo llamamos "técnica de mosaico", y bla, bla, bla,.... Tu que con la palabra agujero ya has medio desconectado, empiezas a pensar en por qué, en cuándo ha sido, pero cómo me lo he hecho... y la respuesta es -pues ni idea, pero hay que arreglarlo.

El caso es que primero tienen que esperar a que lo de ahora esté medio en marcha, osea, yo andando y "el ataero" en buen estado. Después ya me dirá cuando me "meten mano" de nuevo, pero lo que está claro es que hay que hacerlo si o si, porque el boquete no para de crecer. Lo único bueno es que es por artroscopia y no hay que rajar mucho, con lo que ello comporta.

Ah, pues muy bien eh! entendido! creo que he dicho. Como si me diera igual y tanto mi fe en su habilidad como mi ánimo indefectible lo pudieran todo, que simplón no? Pues otra arruga más, si total! y ahora que lo piensas...otra lesión, otra vez el quirófano, la anestesia, el dolor, el hospital, la incomodidad, y está bien, todo se aguanta , pero coño! es que como ha dicho Caracol, entre el apaño de los 17 puntos que me hicieron cuando me clavé el cristal, los tres agujeros de cuando la artroscopia para la reparación del menisco, y la "M30" de grapas que tengo ahora, la "rodillita" de las narices se parece cada día más a un morcón de cerdo! manda huevos.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Cuaderno de Bitácora.

Día 4:

Domingo en el hospital. Si es que suena mal de por si, por lo que esperar grandes cosas es tontería. sin embargo, salvo las horas intermedias, que siempre son las peores, el resto del día ha sido "agradable". Visita de los niños, Francisco, y abuela por la mañana y de José Alberto y dos buenos amigos (Fernando y Dani)por la tarde.

El momento malo del día ha sido a eso de la una cuando he tratado de levantarme de la cama para ir al cuarto de baño y la rodilla me ha preguntado si es que estoy tonto o qué. Como dice Fernando, cada cosa a su tiempo, y la herida de la rodilla es como un navajazo grande, pero con anestesia, y claro cuando se va la anestesia...

El caso es que por ahora lo de levantarme de nuevo ni de coña, y mientras tanto a esperar a que mañana pase el médico y me explique qué es eso del agujero que tengo en la tibia y cuando empezaré a mejorar.

Por lo pronto ya hemos estado hablando de las 2ª Jornadas de Aventura que celebraremos este diciembre y que ya está empezando a dar forma Manolo Navarro. Espero que la recuperación sea buena para entonces y poder estar ahí para pasar unos días de monte y amigos. Por lo pronto, la meta está mucho mas cerca, pasar mejor noche que ayer y dormir un poco más.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Cuaderno de Bitácora.

Día 3:

Lo de ayer no lo puedo contar pues me pusieron anestesia general y como es lógico, de nada me entere. El que haya pasado por esto sabe como son las sensaciones después de despertar tras una anestesia, para el que no, es fácil de explicar:la resaca mas gorda de tu vida. Por lo visto terminaron a las 13.30 y sobre las dos me subieron a mi habitación, pero la verdad es que hasta las ocho de la tarde más o menos, no me entere casi de nada.

Hoy me he visto la herida y no tiene mal aspecto, son veinticuatro grapas en total, de norte a su por la rotula, por lo que se supone que me habrán cortado un trozo de tendón rotuliano para hacer el injerto del cruzado anterior, que es lo que me han reparado. Del posterior no han hecho nada, parece que hay problemas.

La noche ha sido penosa, más que nada por los dolores y la incomodidad así que ver amanecer ha sido una alegría total. El resto del día, pues ya se sabe, calmantes, cansancio y visitas agradables. Sobre todo la des los niños, aunque la cara que tenían era como de no gustarles demasiado verme así.

Como no podía ser de otra forma, ha habido hasta anécdota del día, pues al enchufar el portátil a la corriente, se ha quemado el adaptador y se ha ido la luz de toda la planta. Acojonante la cara de electricista cuando ha entrado en la habitación y ha olido la peste a quemado! Afortunadamente, la cosa no ha ido a mayores, y como estoy indefenso no se han ensañado mucho conmigo.

Hoy, a estas horas, me encuentro muchísimo mejor que ayer, por lo que poquito a poco, la cosas parece que se va arreglando. Buenas noches.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Cuaderno de Bitácora.

Día 2:

A las siete en punto han venido a despertarme para el aseo personal, la tensión, la temperatura y lo peor de todo, el camisón. Si los toreros se engalanan con el vestido de torear y la liturgia de vestirse antes de ir a la plaza es de una solemnidad catedralicia, el que te pongan el camisón este con el culo al aire y una guitilla por detrás del cuello como único agarre posible a la dignidad, es desde luego todo lo contrario. Seguro que hay gente que hasta les queda bien, pero desde luego uno no se puede sentir más ridículo.

Si la de ayer fue noche mora, esta ha sido noche de gritos en la oscuridad. Llamadas a las emfermeras, peticiones de cuñas o "quiorbas", dolores y quejidos en busca de alivio, y ronquidos por doquier. Entre eso, y que uno mismo no ha andado fino con el sueño, cuando por fin ha venido el enfermero a avisarme de la hora, he saltado de la cama como un gato en el agua.

Bueno, que salga todo bien, y ya contaré.

Cuaderno de Bitácora

Día 1:

Se acabo lo que se daba, por lo menos eso parece. Ya estoy ingresado en el hospital, con cama y con letrero con mi nombre detrás de la misma. Incluso el diagnóstico es correcto, o casi, rotura de ligamentos. Me ha tocado al lado de la ventana, y por eso estoy contento; yo en los aviones, siempre pido ventana…
La noche de ayer fue espectacular. “Noche mora” como dice Juan, el mejor pescador de la zona. Pero no lo dice por alguna referencia a los relatos de Irving o de Gala, no, lo dice porque era noche de pateras, pues la mar estaba completamente en calma, y la luna llena alumbraba de manera asombrosa, como queriendo enseñar el camino a todos esos que con más valor que conocimiento, se aventuren a navegar hasta la península. Hasta las dos de la mañana estuvimos con las cañas echadas, una cerveza en la nevera y bocadillo de tortilla en ristre, conversando, riendo y como “buenos pescadores“ exagerando sin piedad, que para sufrir ya habrá otro rato. Por supuesto nada de pesca, eso ya hubiera sido como jugar al póker y ganar: mejor imposible. Hoy la mañana ha sido diferente, lluviosa y con ligero viento de poniente, que confirmaba el cambio de estación, y el cambio de tercio para la dichosa lesión de mi rodilla. Aun así no he dejado pasar la oportunidad de echar el último rato de agua, y de verdad que lo he disfrutado. Daba igual que la temperatura fuera un pelín fresca, o que las primeras gotas de lluvia me hayan cogido en el segundo largo del baño, por encima de todo, lo importante era guardar un recuerdo fresco de algo tan simpar como nadar en Calahonda, para mí la mejor playa del mundo.

Ahora, ya en el hospital, la incertidumbre y el nerviosismo se han hecho fuertes en la habitación. La situación me recuerda a la escena de Juncal en la que su hijo, tumbado en la cama de un hotel en Portugal, recibe la visita del propio Juncal y este le cuenta la anécdota de el periodista taurino mariquita que antes de torear le decía de corrido todos los sinónimos de la palabra miedo, con la esperanza que de tanto mentarlo, el mismo miedo se aburriera de escuchar su nombre y se fuera con viento fresco: Canguis, canguelo, julepe, jindama, repullo, temor, aprehensión, susto…. que grande Paco Rabal, que grande!. Estoy sentado en la cama, mientras escribo esto, y no paro de pensar en cómo estaré mañana a esta hora. Se supone que a primera hora empiezan con los cuchillos así que, como pedí el otro día, solo espero que los cirujanos se acuesten hoy prontito y no se pasen con la 1925...yo por si acaso me he tomado una. Buenas Noches.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El SAS y Claudia, o el arte de encadenar errores.

Errores encadenados:

1ª Error: Don de la Ubicuidad Negativa: En el sitio incorrecto en el peor momento. Pasan los días, uno y otro, y tú te crees que estas bien. Hace tiempo que tienes goteras por varios flancos, pero sin heroicidades ni rollos, la verdad es que no es difícil seguir meneándote incluso cuando las molestias ya no son molestias y se hacen dolores. Entre otras cosas porque mientras uno está en el ajo, casi nunca parece doler nada. Luego llega un día en el que aparece la “gorda”, la que de repente te quita del circuito y tu aun no te has dado cuenta de que es así. Un montón de gente al lado, jodidos como tu o aun más, con unas caras reflejan más miedo que otra cosa. Justicia? Merecimiento? Por qué a mí? Dudas existenciales que solo reflejan la impotencia más absoluta frente a la indiscutible obviedad de que este punto no se puede conectar con nada positivo en el pasado. La única conexión es que quizás ese día no tenías que haberte levantado de la cama para hacer un rato el ganso.

2º Error: No te fíes ni de tu padre, y menos de los enchufes: Vale, ya está. Te has dado el ostión y ya no te queda más remedio que hacer lo posible para que cuanto antes se solucione la papeleta. Coño! –yo conozco alguien allí!; este es amigo mío; con este otro hice la mili; a esta me la ligué….-todo son ventajas! Al principio es verdad, pues con algo de resolución, cara dura y mano izquierda la cosa parece que avanza con celeridad, pero de repente un día la cosa se para y de tu jodienda solo te acuerdas tu por las mañanas cuando te ves la pata en la ducha y se parece más a la de tu abuela que a la que tiene al lado. Una llamada de cuando en cuando, una visita si dar mucho la lata, y toda la furia inicial se va diluyendo cual azucarillo hasta que la evidencia es tal que te entregas completamente a los plazos previstos por la administración de turno. Y entonces te acuerdas de todos esos que llegan a los servicios de urgencias de todos los hospitales de España dando unas voces del copón y “cangándose en la puta madre de todos los médicos que seguro que se están follando a las enfermeras y por eso no me atienden ya”, y te preguntas ¿y si es que esa va a ser la manera de que a uno le atiendan pronto?, pero claro, las formas, el qué dirán, es que a mí me conocen…un carajo!
3º Error: Confiar: Los que saben son ellos. Por el trabajo lo he visto mil veces, pero siempre he tenido “visión túnel “ante este tipo de cosas. He hablado mil veces con médicos que tenían más fe y costumbre que conocimientos y que incluso para alguien como yo que siempre he sido de los peores de la clase, era difícil no sentir cierto rubor ante determinadas aseveraciones. Pocas veces me atreví a llevarle la contraria a ninguno, puesd aparte del error comercial que eso supone, siempre me pareció un riesgo que no podía asumir aun con la certeza total de la verdad. Sin embargo, cuando he ido de paciente he visto cosas que realmente han sido canallescas y que solo gracias al sentido común de alguien con suficientes redaños para hablar han salido bien. Fallos y más fallos, errores de bulto en su mayoría, pero con consecuencias trascendentales. Hoy ha sido uno de esos días en los que todo ese rollo políticamente correcto que nos venden en la administración pública se me ha meado encima, y por más que me lo tomo con perspectiva, no se me va el olor a orín ni a estropajazos. Qué pena de hospital, que pena de gestores y que pena de todo. Coito Interrupto: Había quedado con la Scheffer. Habíamos cenado, con foie del bueno y vino del bueno, postre de los afrancesados y copita de Hendricks con rajita de pepino y Fever Tree (como está mandado). Luego, en una habitación espectacular, cama de dos por dos y sabanas de satén; si es que ya nos habíamos toqueteado y la entrega era absoluta! Está hecho! el polvo de los polvos, la madre de todos los polvos!...y de repente Claudia me ha dicho…Ahí mira no! Que no eres rubio! Y yo le he dicho-cariño, pero es que en ningún momento te he dicho que yo fuera rubio! Si siempre he sido moreno! …Y ya ves, Claudia se está volviendo a poner el tanguita y de aquí a nada se las pira por donde ha venido, y tu vas a tener dolor genital durante los próximos veintitrés años. Qué cosas verdad? Es que las Top Model y el SAS son así, lo mismo va todo como la seda que de repente deciden que ya no te echan el polvo, o te dicen que ya no te operan. Manda huevos coño.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Levante fuerte en el estrecho.





En alguna ocasión que otra me he definido como corredor, pues es sin duda el deporte que más he practicado y que a la larga más ha interferido en mi modo de ser. Correr te hace fuerte para todo, y es más, siempre he pensado que si una persona es corredora, tiene algo que los demás no tienen. Muchas veces lo compruebo cuando me cruzo con alguien que le ha dado ahora por correr y que, sabiendo que yo en tiempos hice alguna carrerita que otra, se apresuran a contarme sus experiencias en esta o aquella prueba que saben que yo hice hace años. Es una sensación agradable, pero a la vez un poco desmoralizante pensar que lo que ellos ahora disfrutan uno ya no lo puede hacer, pero bueno, es lo que tienen las goteras…
El caso es que otra de las cosas que llevo haciendo hace años (no tanto como la de correr) es nadar. Correr y nadar, en cierto modo se parecen bastante, a pesar de desarrollarse en medios tan dispares. Sin embargo, tal y como yo los entiendo, si tienen ciertas semejanzas, más si cabe cuando en la práctica de ambas disciplinas he buscado siempre la distancia y el tiempo, más que la velocidad y las marcas. Cuando corría pero no entrenaba siempre lo hacía durante mucho rato, y cuando empecé a plantearme las carreritas muy pronto las medias se quedaron cortas, pues jamás era capaz de conseguir un ritmo por kilometro tan bueno como para hacer algo digo. Sin embargo, llego el día de los 101 y ahí que estuvo el tío para apuntarse, sin tener ni idea del fregado en el que se metía. Correr cuanto más lejos mejor, y cuanto más “dura” sea la cosa, pues también mejor. Ni que decir tiene que jamás he hecho un gran tiempo en nada, y mis posiciones de llegada siempre han sido modestísimas, pero la satisfacción personal en cada una de estos retos siempre ha sido inmensa.

En el caso de nadar me pasa algo parecido. No en cuanto a la competición pues hace años hice el firme propósito de no volver a ponerme un número a la espalda ni cobrando. No, me refiero a que nadar es tan humilde como correr, y uno y otro, junto con la bici en segundo término, son los deportes en los que más tiempo para pensar tiene uno. Cuando hacia las tiradas de asfalto de los domingos, siempre escogía la carretera de Pinos Genil y de Sierra Nevada para hacer las tres horas de carrera continua. En ese tiempo me empeñaba de lo lindo en encontrar algún pasatiempo y que la cosa fuera más entretenida: encadenar matrículas de coches por los números, por las letras o por los colores; localizar latas de refrescos de distintas marcas; buscar cualquier cosa rara en la cuneta…al nadar, siempre he tenido la obsesión de buscar cosas en el fondo. En la piscina, en el primer largo de una calle se le quita a uno toda la tontería pues salvo algún que otro pelo y la típica tirita despegada de la rozadura del talón, pocas cosas se va a encontrar. Pero la mar es otra cosa, nadar en la mar es como rodar en la carretera de la Sierra, siempre puede aparecer cualquier cosa.
Muchas veces he pensado que desde fuera, debo parecer algo lelo nadando, pues aparte de una técnica que no pasa el corte de pato mareado, al ir siempre escrutando el fondo, a veces no me doy cuenta y en vez de ir en línea recta paralelo a la orilla como mandan los cánones, voy haciendo zig-zag en busca del tesoro escondido. Y si bien es cierto que lo mío no tiene nada que ver con el Odissey y sus hallazgos oceánicos , pues lo más que he encontrado ha sido algún reloj o algunas gafas de sol, es tal mi empeño en la búsqueda que cada mañana y cada tarde, cuando voy a nadar siempre pienso que va a ser hoy cuando me voy a encontrar “el Rolex de oro del tío del yate que fondeó el otro día y que sin darse cuenta se le cayó al fondo cuando descorchaba una botella de Don Perignon a bordo”.

Hoy no he podido nadar en todo el día, ni por la mañana que es cuando más me gusta, ni por la tarde, pues como ya se anunciaba desde ayer, ha soplado viento fuerte de levante en el Estrecho, y la repercusión “caleña” del mismo ha sido Mar Arbolada en nuestra costa. Nadar con tanto mar no es que sea peligroso, pues a la altura que uno va no hay problema con la rompiente, pero si es verdad que se hace un poco latoso, pues la visibilidad es nula y las olas hacen que fijar un rumbo sea toda una quimera, por no hablar de las bocanadas de agua salada que uno pega de vez en cuando. El caso es que no he nadado, y para no estar todo el santo día sin hacer nada, esta tarde me he dedicado a dar un paseo por la orilla, y tratar de encontrar el puñetero Rolex entre los desechos y la basura que un “maretón “ de estos nos devuelve en días como hoy. Claro está que no lo he encontrado, pero lo que si he podido hacer es comprobar hasta qué punto nosotros, miembros de esta sociedad super-desconpensada en la que vivimos hoy en día, nos estamos cargando nuestro entorno de una manera despiadada. En la orilla no había suciedad, ¡había toneladas de basura! Un caos de desperdicios de toda índole venidos de cualquier parte y que uno por uno a lo mejor pueden parecer insignificantes pero que cuando el Mare Nostrum nos quiere dar una lección magistral y los junta en tropel, fácilmente nos sacan los colores.
Para nada soy un “ecologista coñazo” como diría el gran Ussia, ni nada que se le parezca: por lo pronto tengo serios problemas con el reciclaje (en parte porque creo que nos toman el pelo), uso zapatos de piel y alguna que otra cosa más, y por encima de todo pienso que antes de que un ser humano pase hambre, mato al perro, al gato, al mono y a lo que haga falta para que coma (lo mismo que si veo a un gañan pegándole a su mascota soy capaz de darle dos guantazos por ceporro). Pero ver hoy la playa, y esa cantidad de basura la verdad es que me ha hecho pensar…solo colillas de tabaco rubio había miles ¡si, si, miles! Botellas de plástico y de cristal, zapatos, zapatillas, bolsas, botes de crema solar, botes de gel, paquetes de comida, envoltorios de helados, marañas de hilo de pescar, pedazos de muebles, troncos a medio arder, cajas de verduras y frutas, bolígrafos, lápices, utensilios varios de cocina, ¡matamoscas!, calcetines, calzoncillos, enormes remesas de Tampax, compresas y salva slips, gomas del pelo…y podría seguir hasta aburrir. Yo no digo nada, no soy nadie para ello, pero en todas las puñeteras playas del litoral ya hay papeleras por doquier, y aunque sea un pretexto manido, merecería la pena que esto nos durara por lo menos hasta que nos vayamos al otro barrio. Entre otras cosas porque lo que hoy nos ha devuelto el mar es solo lo que flota, una pequeña parte de lo que le hemos “regalado”, la mierda de verdad casi nunca se queda en la superficie, y si no comprobadlo, en casa podeís.