miércoles, 7 de septiembre de 2011

Repaso.




Después de muchas semanas sin aparecer por aquí, por fin encuentro un rato en el que sentarme delante de esta maquina con tranquilidad. El verano tiene estas cosas, o te aburres como una ostra y no sabes que hacer para pasar el sopor; o te encuentras con que no tienes tiempo para casi nada que conlleve un ratito de reflexión.

Cosas han pasado... a patadas ademas!, desde la feliz hora en la que volví al trabajo (Si si! Felicísima hora!!)hasta el hecho de vivir el peor día de mi vida montañera. Pero vayamos por partes, porque en realidad, hoy no tengo intención de hablar de montaña, sino de la crisis, o bueno, mejor dicho, de la no-crisis.

Llevo subiendo al monte un buen puñado de años, y Dios sabe que es sin duda el medio en el que me encuentro más a gusto. Sin embargo, si algo aprendí el pasado diecinueve de agosto es que, la naturaleza es siempre un entorno hostil, y cuando menos te lo esperas, se revela contra ti, contra tus decisiones y contra todo tu criterio, demostrándote que siempre es ella y no tu quien manda ahí arriba. Qué poca cosas somos joder! Fragilidad absoluta, como la de un torpe y gigantón boxeador de los "pesados" ante el constante aguijoneo de un Phernel Whitaker de turno. Por cada uno de mis golpes, duros y pesados, tres mil suyos, hasta que te revientan sin mas, y caes Knock Out. Y te vienen de todos lados, y no es que te duelan, es que acaban contigo. eso nos paso en el puñetero Haza del Lino, montañón costero con uno de los puertos de montaña mas duros de la Península, y que con sus escasos 2000 mts. de altitud, me tumbo como hasta ahora no había hecho ningún otra. Aquí y ahora lo digo: no volveré nunca. Y eso que la subida fue de gloria bendita, con tramos de toda índole: vereda, camino, cortafuegos, arista de roca, campo través. Pero de repente, la lógica montañera, esa que es tan necesaria y que casi siempre te saca de cualquier atolladero, no sirve. Te equivocas, y lo que tenia que ser la bajada guiada por el sentido común, se torna en el descenso más descomunal que he hecho en mi puñetera vida. 1600 metros de desnivel por un infierno de pinchos; cinco horas de sufrimiento extremo, no por el cansancio físico, que era mucho, sino por el colapso mental de en cada paso ser atravesado y lacerado por infinitas agujas que descarnaron piernas, muslos, brazos y todo lo que pillaban por medio hasta conseguir la rendición: el KO. Muchas veces he pensado que después de los 101 kms. de Ronda, no me encontraría nada tan psicologicamante duro, pero esto se ha llevado la palma por goleada.

Salí de allí por Fernando, sino, me tienen que sacar. Solo gracias a su tesón pude levantarme del árido metro cuadrado de suelo en el que me había abandonado y seguir caminando. Como tantas otras veces, gracias amigo; tu guías, yo te sigo. Ante una crisis, aunque todo indique lo contrario, no solo hacen falta arrestos para levantarse y seguir, sino que siempre es necesario un líder que crea por encima de todo, y que así lo transmita. Confianza, fuerza, voluntad y no desesperar esta al alcance de pocos, pero cuando uno de estos seres habla, el resto solo debemos levantarnos y seguir. Ya quisiera yo un individuo así al frente de la nación, ni Merkel ni Sarkocy dudarían de España ni de los españoles ni medio segundo.

Segundo Mulhacén del verano...a ver como explico esto. Al cerro, como le llaman los de Capileira, he subido de todas las maneras, o eso creía, hasta que lo hice con estos cuatro fenómenos que son José, Jesus, Paco y Kiko. "Brokeback Green Mountain", o lo que es lo mismo, el conjunto de individuos con menos pinta de montañeros que me he cruzado en mi vida...pero, cómo me lo pasé!! Increíble su tesón, sus ganas, su afán por hacer cumbre, su paciencia ante un descenso larguísimo, y sobre todo, su alegría. Me quedo con eso, con las ganas de reír y de disfrutar en un medio que está en las antípodas de a lo que están acostumbrados. No se si repetirán, espero que si, pero el otro día se graduaron con nota en su primer acercamiento al monte, y eso ya lo llevarán para siempre. La montaña marca a todo el que se acerca a sus laderas, y en mayor o menor medida, siempre tendrán un Mulhacén en el que fijarse. Mi gratitud infinita porque el que más disfrutó fui yo, parte de su felicidad también era mía. Otra Verde por favor!

En vez de tanta chorrada del FMI, de las primas de riesgo, y de su puta madre, los medios de comunicación deberían darnos una tregua informativa, y contarnos que en España, en el mundo, hay gente con dos cojones que se levanta por la mañana y le echa un par de pelotas al día; y que se propone disfrutar con su trabajo, y que no pasa la jornada quejándose de que le pagan mal y de que el jefe es un cabronazo. Que será verdad, y que no seré yo el que lo ponga en duda, pero que con una sonrisa en la boca el día pasa mucho mejor, se consiguen muchos mas clientes, y los desafíos y las penurias dejan de ser solo eso y se pueden convertir en alicientes para conseguir cualquier objetivo que nos propongamos, desde lo más peregrino hasta lo más inconcebible. Queridos Paco, Kiko,Jesus y José, contad con orgullo vuestra gesta! Exagerarla sin limites, y acordaos de ella siempre, pues si fuisteis capaces de esto, sois capaces de cualquier cosa.


Primer Mulhacen: el último día que colgué algo aquí casi no podía ni escribir de la emoción. Subir con mis hijos el Mulhacen es y será para siempre la mejor experiencia que he tenido en mi vida. Ha habido otras, no cabe duda, con ellos y sin ellos, pero esta ocasión fue especial en todos los sentidos. A aquellos que seáis padres, solo puedo animaros a que viváis algo así con vuestros hijos: ese puente, esa comunión, perdurará para siempre en sus memorias; en vuestra memoria. Será un comodín en la manga, una carta mágica que sacar ante una adolescencia en la que las amenazas son estremecedoras, y ante un futuro que es incierto. Para los que vayáis a serlo, no lo dudéis, este gusanillo se vive desde casa. Es una actitud, no una aptitud. Menos psp´s y mas aire libre!

Qué carencia de valores tiene esta sociedad. Todo es cuantificable en moneda y tiempo, y sinceramente, creo que es un error gravisimo. Si algo hicimos Fernando y yo durante esos tres días con los niños fue trabajar. Pero trabajar de verdad: organizando, dirigiendo, soportando, animando, tratando, compartiendo. Y puedo asegurar que nunca jamas me he sentido mejor pagado: la imagen de unos niños felices bajando por la Loma Del Mulhacen mientras charlaban con alegría, riendo sin parar, haciendo bromas sobre cualquier cosa, orgullosos del reto superado, ignorantes de las nueve horas y media de pateo que se iban a pegar en total. No puede haber mejor sueldo. Y yo me siento orgulloso por haber rozado la excelencia, pues con ese fin y por ese fin, esos niños nunca olvidaran esa aventura. Ojala fuera capaz de cada día encontrar esa excelencia en todo lo que me propongo: no habría reto inalcanzable. Ojala la excelencia fuera el objetivo común de todos los españoles, la crisis nos la habríamos pasado ya por el forro del pantalón. Mal haremos en confiar en que este incapaz de ZP deje las cosas sin empeorarlas mas, o en que cualquiera de los dos siesos que se presentan vayan a sacarnos del atolladero. Esto, como lo de antes es una cuestión de actitud, no de aptitud. O nosotros, o nadie.

La vida son desgracias. De esto, hay quien sabe mucho, otros por fortuna no se han enterado. Alfonso era un chaval majísimo. Le recuerdo desde el carricoche, pero sobre todo al lado de su tío Juan. No hacia nada malo, solo jugaba a las cartas con otros amigos y su hermana, en la acera frente al chalet, y de repente se murió. Muerte súbita, nada que hacer, solo llorar. Con Juan hace años que no hablo mucho, igual que con su mujer Susana, y el otro día después de todo este tiempo, me vi en la situación de querer llamarle para poder transmitirle algo de mi dolor.Aliviarle algo no era posible. Fracasé, se me saltaron las lagrimas y casi no salió palabra de mi boca. Le he dado mil vueltas pues el hecho no puede ser más dramático, y no me deja de obsesionar que por imbecilidades he estado durante años sin mediar palabra con quien otrora fue un gran amigo, al que quería y respetaba. Sinceramente, es para que a uno le den asco ciertas cosas de uno mismo. Lo peor de todo es que aun no he podido darle un abrazo! Jode Juan, espero que pronto, desde aquí ya te lo mando, a ti y a toda la familia. No perdamos más tiempo en tonterías.


Y cuando la vida no son desgracias? Pues me siento feliz. No puedo decir otra cosa. Creo que todos estos meses de penurias han tenido un sentido, pues al final del túnel había un premio. Ahora, cuando veo alguna que otra foto de mi rodilla llena de grapas, no puedo evitar pensar en que lo fácil hubiera sido lamerse las heridas. Elegí la otra opción, y me alegro. Soy un privilegiado por la familia que tengo, por mis amigos, y por mi trabajo. Le doy gracias a la vida y se lo pienso devolver.

PD. Gracias a todos.