viernes, 23 de noviembre de 2012

Mallory al rescate.

Parada y fonda. A veces por que uno quiere, y otras porque se lo imponen las circunstancias, de cuando en cuando es preceptivo detenerse en el camino y aprovechar el tiempo para reflexionar. Hoy, por desgracia en el hospital, aprovecho para poner sobre blanco algunas tribulaciones que rondan por la azotea de este humilde servidor.

El Himalayismo: qué es exactamente este fenómeno? Es más, me trasladaré a la etiología de mi incertidumbre, qué es el montañismo? En los últimos meses he asistido a sendas conferencias/presentaciones que versaban sobre las grandes moles del Himalaya y el Karakorum, y en realidad, de ninguna de ellas extraje más que la admiración por el reto pseudo-deportivo. Por el contrario, de montañismo vi poco y lo que es peor, escuche casi nada. Y esto, por una parte me entristece pero por otra, me saca de mis casillas.

Y quien soy yo para cuestionar los ideales o los objetivos que cada individuo mete en su mochila cuando se calza las botas y se encamina hacia una cumbre? Pues nadie, la verdad, pero es que tampoco pretendo sentar cátedra ni nada parecido, en todo caso mostrar libremente que cada día me hayo mas en las antípodas de estos “elegidos con parches”. Cómo no, sin casi pretenderlo Mallory acudió a mi socorro hace pocos días, y con él ha llegado de nuevo la paz a mi vera, pues nada como leer algo de él o sobre él, como para tranquilizar los ánimos y recuperar el espíritu perdido. Madre mía, cómo se envilece todo. Si este tío levantara la cabeza y viera en lo que se ha convertido aquello de lo que él hizo un arte sublime, directamente volvía a desaparecer entre las nubes de la cara norte del Everest.

Tres ochomilistas tres, y para que sirva de ejemplo solo uno de ellos hizo referencia a aquello por lo que Sísifo, el griego del mito, se convirtió en el primer montañero: los maravillosos paisajes que se deben contemplar desde ahí arriba. Y es que cuando uno afina el oído y escucha la narración de alguno de estos pavos, la verdad es que se le caen los palos del sombrajo. Y para más inri, si encima hacen el intento de entrar en profundidades, es cuando te das cuenta de que todo es un circo extraordinariamente bien montado para aumentar su egolatría y tratar de justificar con nobles pero infundados argumentos sus escaladas, y así quedar por encima del vasto populacho que somos todos los demás. Y esto señores, se llama aquí y en Pernambuco hipocresía, pues a ojos del observador imparcial la evidencia de que todos y cada uno de estos “aristócratas” de la montaña buscan el mismo fin es evidente y plausible. Al igual que ninguno tiene los santos cojones de decirlo en público y con voz clara y fuerte. Qué ganas tengo de escuchar a alguno de estos super-montañeros paladines de la nobleza y de la ética decir: Pues si señores, esto de subir cerros es lo que más me gusta hacer y si encima vivo de ello pues mejor que mejor, porque paso de ser un pringao que se tira ocho horas sentado en una oficina. El día que lo haga alguno, me hago un poster con su foto. Pero me da que la cosa va a estar complicada, más que nada porque cuando se está delante de esos pringaos como yo que, entre otras cosas se las tienen que ingeniar para comprar de año en año alguna cosilla de ropa mientras que tu sales con 6 “plumas” distintas a lo presentador de gala de MTV, el rollo de que la montaña esta masificada, que las cuerdas fijas son una agresión, y que lo del oxigeno a ti no te mola, queda muchísimo mejor. Pero qué curioso, lo dices tú que salvo por el último tramo de escalada te encuentras en esa misma montaña y en ese mismo CB, tú que utilizas esas mismas cuerdas fijas en cuanto tienes la más mínima ocasión, tú que en el caso de tener que salir a las bravas de la montaña, no le dices que no a ese oxigeno enlatado tan maldito.

Ya lo he dicho más veces aquí, y lo vuelvo a repetir. Me identifico tan poco con estos “pros” de la montaña que sus historias, videos y parafernalia me llegan a aburrir. Y no es fundamentalismo lo que me inspira, es simplemente la necesidad de escuchar simplemente la verdad, de que alguien diga algo con sentido, de ver que esos seres superiores también sienten sus corazones retorcerse al contemplar una puesta de sol entre las cumbres. “Me moriré habiendo visto esto” decía el periodista francés de Desnivel que acompañaba a Jean- Christophe Lafaille ante la imponencia del sol del atardecer reflejado en las franjas amarillas del Everest. Joder, con eso me conformo!

Permitidme que os cuente algo que he leído. Ocurrió en una de las expediciones de Mallory al Everest. De camino al Campo Base, en el monasterio de Rongbuk, asistieron a la ceremonia budista denominada Puja con la que los sherpas encomiendan sus designios a los dioses de las montañas, pidiéndoles clemencia ante lo que de por si consideran que es una ofensa a las deidades. Los ingleses consideraban a aquellos hombres como seres inferiores, y no dudaban en manifestar su desagrado ante sus actos religiosos. Sin embargo, al ir conociéndolos y tratándolos, esa discriminación por toda su cultura fue convirtiéndose poco a poco en admiración y respeto. Refiriéndose a esto, uno de estos ingleses reflexiono sobre que si bien era cierto que en cuanto a las creencias religiosas estos hombres vivían engañados con tantas deidades diferentes, por lo menos eran sinceros. Por el contrario, allá en Inglaterra, estaba claro que no había ningún hombre engañado, pero habría alguno sincero?

Si mi rodilla me lo permite tengo la intención de visitar aquellos lares. Es un sueño, y lo sé, pero no me imagino irme de este barrio sin que me haya dejado KO la contemplación de uno de esos atardeceres. Y si puedo caminaré; y si puedo, subiré algún cerro; y si puedo, llegaré a algún CB de esas grandes montañas; y si puedo, me haré cinco mil quinientas fotos para enseñárselas a mis amigos, y si puedo….

Mi madre no creo que haya subido una montaña en su vida, pero en cuanto a caminar, pocas personas de este mundo han disfrutado y disfruta lo que ella cuando simplemente va de un lado a otro por el mero placer de andar. Y como digo, no será montañera pero si es un alma integra y sensible, sincera y sencilla, que valora cada día como un regalo a pesar de los mandobles que la vida le ha dado y le está dando. Hoy, otra vez, en la sala de los cuchillos del Hospital de Traumatología confiando en el buen pulso del cirujano, en su buen criterio. No puedo evitar recordar las veces que me ha dicho que se ha levantado temprano solo para ver la salida del sol desde la terraza. Y solo por algo así desde este momento queda Ordenada Montañera Mayor y Siete Veces Grande de España por la Real Orden de los que nos gusta ver salir el sol, y ponerse. Suerte madre, suerte.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Qué dices? Esa es la pregunta que se hizo cuando se enteró. Otro amigo se lo estaba diciendo, se lo contaba porque se había enterado por casualidad. Los dos llevaban siglos sin verle y ciertamente le habían perdido la pista desde hacía años.

Lo típico,- Que sabes de fulanito? -Pero no te has enterado?? Se ha matado tío! Si salió en todos los periódicos y hasta en la tele. Se ahorcó en su casa, por lo visto iban a echarle de su casa esa mañana y el tío antes de que llegaran se quitó del medio. .. Quitarse de en medio, pensó. Menuda expresión para describir que uno ya no puede dar un paso más. Que ya no es capaz ni de mirar a los ojos a sus hijos o a su mujer porque ha entregado la toalla, se ha rendido y ha entrado en un bucle que directamente solo tiene como escapatoria trincar una cuerda y en cuanto le dejen solo atársela al cuello y echarle huevos a darle una patada a la silla. Terrible, pero cierto. No me quiero ni imaginar lo que tiene que estar sufriendo alguien como para planear algo tan bestial como eso. Que sufrimiento Dios. Me acuerdo de la última vez que nos vimos… De camino a casa, sin parar de darle vueltas al asunto, trató de recordar las últimas veces que habían coincidido. La ultima no cuenta porque ni siquiera se saludaron, él iba en el coche de camino a algún sitio y justo cuando se detuvo en un semáforo le vio mientras cruzaba la calle. Si recuerda que su aspecto le llamo la atención, por la barba y eso, igual le pareció algo más desaliñado que de costumbre, pero de ahí no paso la cosa. Es más, cuando fugazmente se cruzo la mirada con él, inmediatamente bajo los ojos y se hizo el longuis. Paso de saludarle ahora-va! ni me habrá reconocido con el reflejo del cristal.

Las otras veces si habían estado charlando un rato. Se había enterado de lo suyo del curro, y de que llevaba un par de meses buscando en todas las páginas de internet aunque por ahora no le habían llamado de ningún sitio. La cosa está super-mal, le dijo. Hay mogollón de gente en la misma situación y por ahora el mercado prácticamente no se mueve. Ya sabes tío, si te enteras de algo…Joder! Pues claro! Tienes el mismo teléfono? Bueno, lo voy a apuntar de todas formas. Oye! Y que a ver si quedamos otro día y nos tomamos algo que hace siglos que no nos vemos… Ya en casa, cuando los niños llegaron del colegio y les abrazo, de repente sintió un respingo que le dejó helado. Había sido una imagen nítida, concreta. La navaja tallando eso de Brooks Was Here en Cadena Perpetua , y luego el viejo colgado al que solo se le ven los pies reflejados en el espejo. Que faena. Seguro que las estaba pasando canutas. Y la familia se habrá quedado destrozada-se dijo. Anda que los niños, el mayor será ya grande pero el pequeño…y los hermanos? Creo que eran tres no? No estoy seguro, pero también se habrán quedado hechos mierda. Puta crisis de las narices. Demasiadas cosas en la cabeza, y a estos dos hay que calentarles la comida. A ver si luego localizo el numero de móvil de la mujer y le mando un mensaje o algo así.

El día se ha pasado y ni mensaje ni gaitas. El teléfono de la mujer lo encontró mientras esperaba a que se hiciera el café, pero no ha tenido valor para mandarle nada a Lucia. Y qué le pongo? Se había preguntado durante un buen rato. No sé qué decir, además, hace siglos que a ella tampoco la veo. Bueno, mañana será otro día, ya veremos. No había manera de dormir. Vueltas y vueltas de un lado a otro de la cama, sin quitarse de la cabeza la imagen del bibliotecario colgando con la soga al cuello. Y entre medias, lo que le habían contado esa mañana. Le iban a desahuciar y antes de que llegara la policía le había suicidado. Le iban a desahuciar!! Como puede ser eso? Pero con la que esta cayendo cómo es posible que los del banco o quien sea lleguen al punto de poner a una familia en la calle? No tiene sentido! Y la familia no le pudo echar una mano?? Por lo visto ni lo sabían. El tío no quería que se enterara nadie de su entorno, supongo que por vergüenza. Tiene cojones, llegar a ese extremo. Pero de todas formas, se verían de vez en cuando, digo yo. No sé, lo típico que quedas a comer un domingo con el resto…ya, pero casi siempre en esas cosas se hablan de bobadas. A ver si es que yo les pregunto a los míos como están y si tienen ganas de pegarse un tiro o no? La verdad es que cualquier día pasa cualquier cosa y no nos hemos ni enterado. Vamos a nuestro rollo y lo demás nos importa tres pepinos. Vaya, ya son casi las dos, tengo que dormir…

Tirarse por la ventana es un arrebato en sí. Por el contrario, ahorcarse no es ni más ni menos que la demostración definitiva de la agonía y el sufrimiento de un ser humano. No puedo sufrir más, y me voy, pero me voy sin parar de sufrir. El que piense que es cobardía se equivoca, lo que ocurre es que todos tenemos un límite del que desconocemos su ubicación. Para unos esta tan lejos que jamás llegarían a rozarlo, para otros, cuando las variables se alían en su contra, antes o después acaban por alcanzarlo y es entonces cuando la idea de quitarse de en medio aflora en medio del caos de su existencia. El día a día es una olla a presión, un examen que se suspende una y otra vez, y las razones de seguir presentándose poco a poco van desapareciendo , al principio de manera sutil, a ratos, y luego cada vez con más insistencia. Es como el agua en una roca, con la presencia suficiente es capaz de quebrarla. La noche pasa, pero al sonar el despertador lo primero que se le viene a la cabeza es otra vez el día del semáforo. Tenía que haberle saludado! Qué me hubiera costado? No sé, lo mismo me hubiera dicho algo, o me habría dado cuenta de que no se encontraba bien. Vaya mierda, pobrecillo. Tengo que llamar a estos a ver cómo están.