Me despierto.
Comienza la competición.
1ª Prueba: Bajar los catorce escalones de la casa hasta la cocina sin darme una leche por el camino (Ya ocurrió una vez y no tenía la pierna jodida). Desayunar, ver si se ha descargado de una puta vez la peli del emule, y al cuarto de baño: "Chernobyl" , rodillera fuera y ducha:. A jugarme el resbalón. Acojonado.
2ª Prueba: Ir hasta la cafetería que hay al final de la calle y volver. El Plan E hace que la travesía sea de obstáculos. (De verdad que he corrido cross con mejor piso). Pero bueno, todo sea por la competición y la picaera que tenemos en la primera vuelta un paisano con bastón y yo. El tío me gana siempre, pero yo no me rindo. Además, a mi me paran todos los vecinos a preguntarme que me ha pasado y a el están hasta los huevos de verlo. En el regreso ya no tengo rival.
3ª Prueba: Facebook; Hotmail; Marca; Ebay; Emule; y demás chorradas que llenan un poco de tiempo. Después lectura hasta la comida.
4ª Prueba: La tarde. Tareas del hogar varias donde me la juego de verdad hasta las seis. Clases de guitarra hasta las ocho. Llamadas, cena, tele y a sobar. Mañana más.
Si después de un día así, no me convierto en un psicopata asesino, o en un radical islámico constructor de bombas artesanales a base de patatas y lejía, es para hacerme monje budista. Qué hartera, coño que hartera.